martes, 27 de febrero de 2018

RESPONSABILIDADES ÉTICAS DE LA IMAGEN EN LA TELEVISIÓN

Arturo Uslar Pietri; Programa: Valores Humanos.




RESPONSABILIDADES ÉTICAS DE LA IMAGEN EN LA TELEVISIÓN

     Aun cuando los medios de comunicación de masas han trascendido en forma y figura, la televisión es el mejor amigo informativo en Venezuela. Cabe decir, por su alcance, más no por su calidad, por lo menos en la segunda década del siglo XXI.
     El espectro audiovisual ha calado en el sentir del usuario desde hace generaciones. En el pensamiento mancomunado, quedaron marcados personajes como Renaldo José Ottolina Pinto (El Show de Rénny Ottolina), Arturo Uslar Pietri (Valores Humanos), Marcel Granier (Primer Impacto), Marietta Santana y José Visconti (A puerta Cerrada), en fin, ilustres personalidades que tenían una cualidad en común: la ética.
     La probidad en la televisión es una realidad de vasta relevancia. El profesionalismo, sin importar tiempo o contexto, es un tópico imprescindible.
     La deontología marcó un apéndice de calidad en los televidentes, son ellos quienes han exigido que los comunicadores que difunden información en medios televisivos, lo hagan con un talante de rectitud que emane un mensaje proporcional a uno de los principales objetivos éticos del periodismo: formar.  

Por:
Gabriel Rodríguez
16.479.817
@Gabógeno

ENEMIGOS DE LA ESCRITURA PERIODÍSTICA


(EN CONSTRUCCIÓN)

Mente
Cuyo
El cual
El mismo
Mos
Nos
Este (demostrativos)
Algunos

EL LINKFORMADOR


Logo en construcción: Diseñado por: @Gabógeno


Universidad Santa María.
Núcleo Oriente.
18 de enero de 2018.

Gabriel Rodríguez 16479817 / Sección “A” / Turno Tarde / 5to semestre / Comunicación Social / USM

Actividad: Cree la línea editorial de su propio medio de comunicación.

EL LINKFORMADOR

Origen del nombre
Es una fusión del término anglosajón “link” (enlace, vínculo) y el adjetivo en español “formador” que arroja un vocablo inherente y homófono  a dos de los tres principios fundamentales del periodismo: (formar, informar y entretener).  

El Linkformador es un medio digital de naturaleza tradicional y contenido completo. Muestra material de distintas fuentes (locales, nacionales, internacionales, deportivas, artísticas, farándula, sucesos, misceláneos, entre otros).

En cuanto a línea de estilo, El Linkformador se asemeja a las directrices del Diario El Tiempo.

Estructura de la línea editorial

El pensamiento general de El Linkformador se basa en la democracia como sistema de gobierno. Repudia los regímenes, totalitarismos, figuras mesiánicas y sus apologías y pseudoapoteosis. Condena las idolatrías que confinan las habilidades de las generalidades y empodera las capacidades de los individuos sin distinguir estratos sociales.

Para salvaguardar los principios, se presentan las siguientes pautas editoriales:   

Información veraz y verificable: el contenido de El Linkformador se expone en aras de lograr la verdad integral, sin adjetivo, sin epítetos, ni florituras incongruentes. La investigación es la estrategia que da valor agregado a las publicaciones de este medio. Cada línea redactada conserva el historial que registra cómo se obtuvo: fuentes de información, a saber:

ü  Fuentes personales.
ü  Fuentes documentales.
ü  Fuentes públicas: gubernamentales o no gubernamentales.
ü  Fuentes privadas.
ü  Fuentes estables.
ü  Fuentes provisionales.

Imparcialidad: El Linkformador es un medio independiente que destina su línea editorial a las nuevas tendencias informativas, es decir, periodismo interpretativo. El diario digital asume la imparcialidad y la objetividad como utopías viniendo de un ser humano y propone mecanismos cualitativos que logren un equilibrio de contenidos donde la matriz de opinión sea responsabilidad del usuario.

Diversidad: El Linkformador  abarca todos los ámbitos sociales, carece de preferencias y no distingue entre la opulencia y la carestía. Las élites y las comunidades más marginadas cuentan con la misma cobertura. La coexistencia es baluarte de este medio.

Deontología: El Linkformador se apega al Código de Ética del Periodista Venezolano en su línea neurálgica y orden de aparición de sus cinco principales preceptos: pueblo, fuente, gremio,  empresa y Estado.

Redacción: El Linkformador es defensor acérrimo de la ortografía y de la gramática, y entiende que su omisión se traduce en el ruido que perturba la retroalimentación del ciclo comunicacional.  El idioma español como código por excelencia dado su alcance estructural. Un mensaje preciso, conciso, directo, sin ambages, ni divagaciones; un contenido que trascienda edades, regiones y preparación cultural. No obstante, la formación como principio periodístico y como recordatorio nominal, es ineludible.

Gráficos: El Linkformador muestra infografías breves y sucintas que cumplen con la naturaleza per se del instrumento. El texto sumarial guía los procesos, pero las imágenes hablan desde su propia autonomía.

Opinión: El Linkformador se cuida de las aristas personales de los contenidos, pero brinda los espacios donde la misma se pueda mostrar: artículo, editorial, columna, mancheta, caricatura.

Sensacionalismo y amarillismo: El Linkformador publica información importante desde su misma naturaleza; no acude a hipérboles que descreditan el núcleo de la información, ni tergiversa datos que descalifiquen a sus protagonistas.

Jerarquización: El Linkformador presenta sus publicaciones en importancia decreciente, siempre que el género periodístico que contiene la información así lo permita.

Ruptura de paradigmas: Consciente de que el hecho comunicacional cambió, El Linkformador puede mutar ante las tendencias que, previa aprobación por Junta Directiva, se consideren que enriquezcan el estilo del medio.

Derecho a réplica: Al tanto de la naturaleza humana, y amparados en la estructura legal de Venezuela, El Linkformador podrá resarcirse de las actuaciones que, por un mal manejo profesional, menoscaben la integridad de un individuo o grupo de personas.  

Cápsulas-compactos: en formato audiovisual,  El Linkformador y su equipo de trabajo se presenta en cámara con sencillez, sin atuendos ni detalles que perturben la atención y comprensión del mensaje al receptor. Para El Linkformador, la información es la protagonista, no el periodista.  


Lugares comunes (clichés): los redactores de El Linkformador escriben minimizando terminologías de uso trillado que alguna vez cumplieron funciones contextuales. El abuso de frases y vocablos prefabricados van en detrimento de la precisión de los contenidos y denotan insuficiencia lingüística en el periodista.

jueves, 22 de febrero de 2018

Un litro: 12 minutos panorámicos acerca de la situación de un país


RESEÑA| Grésliz Aguilera aseguró que la autoconfianza de la producción fue la clave del éxito

Fuente: Facebook @cortometrajeunlitro


Un litro: 12 minutos panorámicos acerca de la situación de un país

Estudiante del sexto semestre, mención fotografía, de la Universidad de Los Andes (ULA) y directora del cortometraje enfocó el guion como denuncia artística. El microfilm toca los indicadores más neurálgicos de la realidad actual venezolana como la escasez y el desabastecimiento

Gabriel Rodríguez 16479817 / Sección “A” / Turno Tarde / 5to semestre / Comunicación Social / USM

Un litro es la última aventura de la Escuela de Medios Audiovisuales de la Universidad de Los Andes (ULA). Se estrenó ayer en Anzoátegui, en la Sala Aula 2-5 del Cine Santa María, inmersa en la expectativa por saber cuál sería la acogida del público al leitmotiv del material. Antes de la premier, Grésliz Aguilera, directora del cortometraje, habló de la sencillez del equipo que la acompañó en la obra, de sus auspiciantes, de los recursos y de los desintereses individuales.
“A mí no me  estaban evaluando y a ninguna de las 25 personas que hicimos el proyecto. No se estaba haciendo por una nota, ni por dinero, sino porque creímos todos en una historia. Somos amigos, somos compañeros que nos estamos ayudando y, es eso, creo que el cine debe hacerse en grupo”, manifestó la merideña.   
Para realizar Un litro, Aguilera armó un conjunto inter y multidisciplinario de trabajo que reunió talentos estudiantiles con actores de vasto currículum en la televisión criolla. Esta interacción bastó para que esta puesta en escena se alzara con el premio a Mejor Corto Universitario Nacional 2015, entregado durante el Festival de Cine entre Largos y Cortos de Oriente (ELCO).

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=6L5xiRSGZdc 

Maricela Girón, protagonista del film, reconoció durante rueda de prensa que, en trabajos anteriores y, con mayor inversión, según su experiencia, no se había topado con gente tan talentosa. Además, aupó a los empresarios de medios audiovisuales a apostar por las destrezas de los jóvenes cineastas y a recordar sus tiempos de formación académica.
 “Debo confesar que yo he estado en producciones con mayor presupuesto pero ni con la mitad de calidad de esta. Hay que hacer un llamado de atención a las casas productoras cuando pierden el norte y comienzan a hacer las cosas por hacerlas. Hay que recordarles a los productores su época de estudiantes y que tengan cuidado porque existe una generación de relevo que le viene pisando los talones y que está haciendo las cosas muy bien”, manifestó la actriz mirandina.  

Fuente: Facebook @cortometrajeunlitro

Durante 12 minutos corre Un litro. Julia (Maricela Girón), una madre virtuosa de la región andina venezolana, hace lo imposible para conseguir leche para el desayuno de sus hijos. Va a dos bodegas en donde su búsqueda fracasa. En el segundo comercio, en plena discusión, escucha el llamado de José (Leonidas Urbina) quien, con intenciones picarescas, le sugiere un canje indecente. El diálogo de la escena presenta, de manera metalingüística, un trueque indecoroso del lácteo por “algo a cambio”.
La mujer, al parecer, acepta la proposición. Vuelve a su casa, revisa la despensa y regresa al aparente encuentro furtivo con el improvisado donjuán. Una vez en la vivienda del proveedor, y frente a él, ella se acerca con actitud persuasiva, casi intercambiando alientos y le susurra que ya tiene lo que quiere. Pero, la compensación no era la que el caballero esperaba con ansias. El posterior desenlace produjo sinfines de risas en la audiencia y generosos aplausos.
El guión fue reescrito en septiembre de 2015 por Aguilera y ejecutado durante el año siguiente, con exactitud desde el 31 de enero. Al estreno acudieron 15 personas, un aforo inesperado en comparación al lanzamiento de Cuando quiero llorar, lloro de más (2015), del director barcelonés Miguel Otero Silva, donde hubo una concurrencia de casi trescientas personas.
Un litro recolectó 50 mil dólares durante su primera semana de proyección en Caracas, cifra bastante modesta si se utiliza como baremo lo recaudado por La mamá de Ricky (2018), de la directora monaguense Liamir Aristimuño, triplicando la utilidad del emprendimiento estudiantil.  
Luego de la presentación en la capital del país, el minifilm fue laureado como Mejor cortometraje de ficción, Mejor Actriz y Premio Signis durante el Festival de Espiritualidad en el Cine Venezolano (FESCIVE), entregado en Ciudad Guayana, estado Bolívar, en el año 2016.
Si algo destacó la producción fue la pulcritud de los exteriores. El cromatismo arquitectónico de la cordillera andina se dejó admirar a plenitud. Los encargados del audio exaltaron con meticulosidad la fauna de esa región de la geografía nacional, mientras que el libreto manejaba un lenguaje fresco y diáfano, cargado de la habilidad dicharachera innata del gentilicio caribeño y su destacado sentido del humor.
“Siempre pedirle al público que apuesten a nosotros, que vayan y nos vean, que se sienten en la sala con orgullo a ver a sus actores, productores y directores. Somos soberanamente talentosos porque somos buenos haciendo cosas buenas con las uñas, con pocos recursos, e inclusive, con censura”, manifestó Marcela Girón mientras interactuaba con colegas conexos al mundo audiovisual.  

Nota: esta reseña fue redactada en etapa experimental por quien suscribe, en fase de aprendizaje ante el género periodístico. Aunque los hechos son en su mayoría auténticos y, de dilatada investigación, la realidad fue alterada en aras de incluir detalles sugeridos por la profesora Liamir Aristimuño durante la clase del jueves 22 de enero de 2018.
Entre las indicaciones planteadas por la facilitadora se encuentran: comparaciones con otros films de naturalezas similares –en el caso de reseña de espectáculos, apéndice cine–, cifras de recaudación, percepción de la audiencia, parte de la sinopsis,  palabras de los integrantes de la producción y el elenco de los rodajes, calidad de la imagen, del sonido y fluidez del libreto.
Las entrevistas son reales y corresponden a un trabajo realizado por El Nacional.
Por ende, no recomiendo el uso de este escrito para fines didácticos, por lo menos hasta que reciba las primeras correcciones.
–GR–

miércoles, 21 de febrero de 2018

UN LITRO

Fuente: Facebook @cortometrajeunlitro


1- CRÓNICA
| Gésliz Aguilera combinó denuncia y humor en cortometraje venezolano

Más de 33 onzas de talento
La directora y guionista de Un litro demostró calidad y compromiso en el rodaje de la obra. Reescribió el libreto en septiembre de 2015 y cuatro días de filmación en enero del siguiente año fueron suficientes para apuntarse innumerables lauros en el mundo cinematográfico. En estas escenas, la escasez y el desabastecimiento son las figuras centrales
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2- Mil mililitros de amor para el malagradecido Manuel ------------------------------------------------------------------------------------
3- CRÓNICA| Gésliz Aguilera combinó denuncia y humor en cortometraje venezolano

Julia no cree en la mala leche

La directora y guionista de Un litro demostró calidad y compromiso en el rodaje de la obra. Reescribió el libreto en septiembre de 2015 y cuatro días de filmación en enero del siguiente año fueron suficientes para apuntarse innumerables lauros en el mundo cinematográfico. En estas escenas, la escasez y el desabastecimiento son las figuras centrales

Gabriel Rodríguez 16479817 / Sección “A” / Turno Tarde / 5to semestre / Comunicación Social / USM



     Un gallo desgañitado y un diálogo entre grillos era la melodía con la que el corazón andino se levantó ese día. Aún a oscuras, y en telas para dormir, Julia (Marcela Girón) se despertó al escuchar ruidos extraños desde la cocina de su humilde vivienda. Para Manuel (Fabián Cruz), su hijo, en edad escolar, no hubo leche para desplegar “el tigre que hay en ti”, tal como rezaba el felino impreso en la caja de cereal azucarado que pretendía mitigar el infantil antojo noctámbulo. La madre, en ausencia del líquido, compensó con un abrazo.

     Horas más tarde, el jerarca astral se irguió sobre las praderas merideñas. La madre de “manolo” y de Julieta (Amy Delgado), un poco más en sí, auditaba el inventario de su despensa mientras intentaba armar un desayuno. Confirmado, no había lácteo que acompañara la primera comida del día para sus hijos. Como buena gerente de casa, delegó la tarea del uniforme convencional para su muchacho –no era día de educación física en el colegio–, y salió a resolver cual fémina sola, figura de tanta tendencia en la sociedad latinoamericana.

     Transcurridos algunos minutos, la esbelta mulata, de aparentes cincuenta años, fue a la bodega de “Lucho” –hipocorístico por excelencia de los luises–. Un cliente ya estaba en el local. “Lucho ¿tienes leche?”, casi a trabalenguas solicitó la compradora. Con la parsimonia de una pereza –pero cuadripléjica–,  el vendedor (Eduard Rangel) fue hasta el refrigerador y extrajo un envase de cartón del producto solicitado. El precio pareció escribir una elegía en el rostro de la consumidora quien, intentó multiplicar lo que ya sabía que no había en su monedero encofrado rojo.

     Ante la imposibilidad de la adquisición, el otro presente, quien prefirió plátano verde, jamás maduro, no escatimó en hacer una subasta de aquel intercambio comercial y, como buen mejor postor se llevó lo que Julia añoraba para sus querubines. Decepcionada, la ira la estaba transformando del color de su camisa –vinotinto, atuendo asalariado–. Aun así, descendió la colina en búsqueda de su cometido. Mujer venezolana, no se rinde, se burla de la palabra adversidad, erradica de su pensamiento los adjetivos 'fácil' o 'difícil'.
     
     Mientras la progenitora resolvía desde su mente, se hicieron las siete de la mañana, en lo aproximado. Durante su ruta, el cromatismo arquitectónico de las cordilleras fue el proscenio para el encuentro con Esperanza (Golden María) –vecina que no hacía ningún tipo de alusión a su nombre–. La anciana, aunque no aportó en nada a las intenciones maternales de la protagonista del relato, por lo menos le dijo que, en el comercio de Pablo, estaban dando números, modalidad que se estila para ordenar y clasificar en la “pequeña Venecia” de hoy día. Sí, la Venezuela del 2105, no es Alemania de 1936.

     Transcurrido un cuarto de hora, una casa azul, de esquina, de tres plantas con un rombo ventanal en el piso central y una cola –fila de personas– moderada pendiente arriba, era la nueva luz para las intenciones de Julia cuando ya la sinfónica de sus tripas hacía estragos. A lo decente, ella preguntó, se formó, pero intentó asegurarse de que el expendedor tenía lo que ella requería, y así no perder tiempo sin satisfacer su demanda. Eso bastó. Se desató el pandemónium. Por una interrogación, casi la excomulgan. La hoguera o la ablación habrían sido preferibles para aquella madre ante ese vestigio de irracionalidad, primitivismo y canibalismo.

     Por fortuna, José (Leonidas Urbina) veía el sufrimiento a pocos metros del bochinche, pero más allá, escaneaba con actitud lasciva las largas y bronceadas piernas que salían de la falda ejecutiva de la mulata. El nuevo “caballero”, abrumado por aquellas pantorrillas tensadas por el efecto tacón, la llamó. Para desgracia lingüística, y como retroceso civil, la leche –al igual que otros términos: penetración, huevo [con g y diéresis], palo, miembro y otros de naturaleza fálica– es una palabra que el común denominador vincula a una halitosis del habla que llaman “chinazo”, figura que representa –no se sabe cómo– un chiste. Para aquella dama, el hambre de sus hijos no le hacía nada de gracia.      
     
     Ella pidió su lácteo y él aprovechó el contexto para plantear, de modo metalingüístico, un intercambio de productos. Bueno, el trueque de un alimento por la prestación de un servicio, para ser más exactos. Julia, inteligente como toda fémina, le siguió el juego de manera parcial y, “haciendo ojitos” se alejó del donjuán prometiendo volver en breves instantes. Cerro abajo, las caderas encendidas de la morena catalizaron la actividad salivar de quien ahora se sentía el hombre más afortunado del planeta, o por lo menos de Mérida.

     Ahora sí, con el horario laboral y escolar encima, la trabajadora bajó a su casa, revisó de nuevo sus suministros y regresó a su encuentro –furtivo según el picaflor–, con su nuevo proveedor.

     ¡Ábreme! ¡Ábreme la reja, pues! Dijo Julia con más sex appeal que de costumbre. José no daba crédito a lo que estaba por suceder. A la velocidad de la luz, él dejó que la damisela entrara. Ella se hincó sobre el cuerpo de su nuevo pseudoamo. Sus alientos se entremezclaron, sus palpitaciones se encontraron y con la pericia de quien trabaja en el Moulin Rouge, ella le secreteó: ¿Tú querías algo a cambio, no? Y con un abrupto cese de picardía, le entregó un paquete de harina de maíz y, en lo simultáneo, le arrebató un cartón de leche de la mano al decepcionado receptor. En un pestañear, ya la madre se despedía de nuevo. ¿La necesitarás? Preguntó apenado José, pero ya ella iba rumbo a su domicilio. Feliz.

     Casi eran las 8:00am. Manuel y Julieta coloreaban en la mesa. Juguetes, creyones y una gallina hueca de porcelana yacían sobre el mobiliario. Muy flamante, la mujer sirvió dos platos de cereal ante la mirada atónita de sus retoños y vertió el ansiado líquido sobre las hojuelas. Segundos de silencio contaron, cuando una pregunta, en forma de puñalada fue espetada por el varoncito: ¿Mamá y mi arepa?

     El ánimo de Julia se desplomó.

NOTA: Este escrito fue redactado durante una etapa experimental, diagnóstica sobre la crónica como parte del programa de la cátedra Informativo IV de Comunicación Social, Universidad Santa María, Núcleo Oriente. El texto posee tres modelos de titulación anejos a tres determinados profesores de la materia mencionada. Apúntese como un aprendizaje, no como un instrumento definitivo.

lunes, 5 de febrero de 2018

COMUNICACIÓN INTERNA (CARTELERA).



COMUNICACIÓN INTERNA (CARTELERA).

Opciones titulares: ¿Frases nocivas? / ¿Viveza criolla?


La finalidad del contenido de esta semana es de índole reflexiva e interpretativa. La genialidad dicharachera del venezolano es ilimitada. El poder verbal del gentilicio caribeño es baluarte de la comunicación. Sin embargo, existen frases que, cuyo uso y abuso, podrían repercutir de manera negativa en el día a día de la sociedad.

Muchos de estos aforismos se han arraigado de manera tan peligrosa en la idiosincrasia latina y menoscabado habilidades progresistas que, inclusive, muchos los suelen llamar “viveza criolla”. Algunas de estas sentencias son:


  1. - “¡No me des: ponme donde hay!”.
  2. - “¿Cuánto hay pa´ eso?”.
  3. - “Entre caimanes no se pisan la cola”.
  4. - “Uno se arropa hasta donde dé la cobija”.
  5. - “Yo todo lo compro hecho”.
  6. - “Hay que estar siempre en la jugada”.
  7. - “Ni que me fuesen a dar una medalla”.

En aras de rescatar los valores que determinan la tendencia de una civilización y de equilibrar los preceptos culturales que catapultan el comportamiento comunitario, se pretende desarrollar la siguiente actividad bajo las presentes estrategias:


- Enmarcar, rescatar, proveer, suministrar o hallar una segunda cartelera para la Escuela de Comunicación Social, pues debería haber una por cada mención, no solo por autonomía de contenidos, sino para amplitud de mensajes y alcance. Sirva este tópico para activar los formalismos necesarios.
Forrar los vértices y bordes con material que brinde, además de compromiso social, estética a los espacios del campus.

- Dentro del mensaje propiamente dicho, una vez adquirido el mobiliario, se procederá a dividir en tantos planos como “frases nocivas” se elijan desplegar. Mínimo, siete. Máximo, las que una tormenta de ideas entre las secciones participantes logre arrojar.

- Cercano a cada sentencia, y a su respectiva imagen, redactar descripciones sobre la parte negativa del uso y abuso de las sentencias y justo en el mismo párrafo, un llamado a la reflexión. Oraciones simples sin hipersubordinación de las mismas para que el mensaje sea diáfano, atractivo y de fácil comprensión al público.

- Una fuente llamativa que esté acorde con el target del receptor.

- Destinar una sección para el feed-back, retroalimentación o realimentación. Idear un estilo destinado a la ruptura del paradigma de las tachuelas (Podrían ser posturas lingüísticas, metalingüísticas y neurolingüísticas que demuestren descontento con las personas que emitan tales frases. No celebrarlo como una gracia).

- Recurrir a las figuras más resaltantes de la cultura “meme”, para brindar algo de frescura al hecho comunicacional. Sin detrimento de la ortografía y gramática del español. Nada de ¿Komo lo zupo?, por ejemplo.


Integrantes:
(5to Semestre; Sección "A"; Turno: Tarde; Grupo Nro.3)
Ciafrone Estefanía 
Rendón Viviana
Rodríguez Gabriel
Venales Jushedith


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