jueves, 22 de febrero de 2018

Un litro: 12 minutos panorámicos acerca de la situación de un país


RESEÑA| Grésliz Aguilera aseguró que la autoconfianza de la producción fue la clave del éxito

Fuente: Facebook @cortometrajeunlitro


Un litro: 12 minutos panorámicos acerca de la situación de un país

Estudiante del sexto semestre, mención fotografía, de la Universidad de Los Andes (ULA) y directora del cortometraje enfocó el guion como denuncia artística. El microfilm toca los indicadores más neurálgicos de la realidad actual venezolana como la escasez y el desabastecimiento

Gabriel Rodríguez 16479817 / Sección “A” / Turno Tarde / 5to semestre / Comunicación Social / USM

Un litro es la última aventura de la Escuela de Medios Audiovisuales de la Universidad de Los Andes (ULA). Se estrenó ayer en Anzoátegui, en la Sala Aula 2-5 del Cine Santa María, inmersa en la expectativa por saber cuál sería la acogida del público al leitmotiv del material. Antes de la premier, Grésliz Aguilera, directora del cortometraje, habló de la sencillez del equipo que la acompañó en la obra, de sus auspiciantes, de los recursos y de los desintereses individuales.
“A mí no me  estaban evaluando y a ninguna de las 25 personas que hicimos el proyecto. No se estaba haciendo por una nota, ni por dinero, sino porque creímos todos en una historia. Somos amigos, somos compañeros que nos estamos ayudando y, es eso, creo que el cine debe hacerse en grupo”, manifestó la merideña.   
Para realizar Un litro, Aguilera armó un conjunto inter y multidisciplinario de trabajo que reunió talentos estudiantiles con actores de vasto currículum en la televisión criolla. Esta interacción bastó para que esta puesta en escena se alzara con el premio a Mejor Corto Universitario Nacional 2015, entregado durante el Festival de Cine entre Largos y Cortos de Oriente (ELCO).

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=6L5xiRSGZdc 

Maricela Girón, protagonista del film, reconoció durante rueda de prensa que, en trabajos anteriores y, con mayor inversión, según su experiencia, no se había topado con gente tan talentosa. Además, aupó a los empresarios de medios audiovisuales a apostar por las destrezas de los jóvenes cineastas y a recordar sus tiempos de formación académica.
 “Debo confesar que yo he estado en producciones con mayor presupuesto pero ni con la mitad de calidad de esta. Hay que hacer un llamado de atención a las casas productoras cuando pierden el norte y comienzan a hacer las cosas por hacerlas. Hay que recordarles a los productores su época de estudiantes y que tengan cuidado porque existe una generación de relevo que le viene pisando los talones y que está haciendo las cosas muy bien”, manifestó la actriz mirandina.  

Fuente: Facebook @cortometrajeunlitro

Durante 12 minutos corre Un litro. Julia (Maricela Girón), una madre virtuosa de la región andina venezolana, hace lo imposible para conseguir leche para el desayuno de sus hijos. Va a dos bodegas en donde su búsqueda fracasa. En el segundo comercio, en plena discusión, escucha el llamado de José (Leonidas Urbina) quien, con intenciones picarescas, le sugiere un canje indecente. El diálogo de la escena presenta, de manera metalingüística, un trueque indecoroso del lácteo por “algo a cambio”.
La mujer, al parecer, acepta la proposición. Vuelve a su casa, revisa la despensa y regresa al aparente encuentro furtivo con el improvisado donjuán. Una vez en la vivienda del proveedor, y frente a él, ella se acerca con actitud persuasiva, casi intercambiando alientos y le susurra que ya tiene lo que quiere. Pero, la compensación no era la que el caballero esperaba con ansias. El posterior desenlace produjo sinfines de risas en la audiencia y generosos aplausos.
El guión fue reescrito en septiembre de 2015 por Aguilera y ejecutado durante el año siguiente, con exactitud desde el 31 de enero. Al estreno acudieron 15 personas, un aforo inesperado en comparación al lanzamiento de Cuando quiero llorar, lloro de más (2015), del director barcelonés Miguel Otero Silva, donde hubo una concurrencia de casi trescientas personas.
Un litro recolectó 50 mil dólares durante su primera semana de proyección en Caracas, cifra bastante modesta si se utiliza como baremo lo recaudado por La mamá de Ricky (2018), de la directora monaguense Liamir Aristimuño, triplicando la utilidad del emprendimiento estudiantil.  
Luego de la presentación en la capital del país, el minifilm fue laureado como Mejor cortometraje de ficción, Mejor Actriz y Premio Signis durante el Festival de Espiritualidad en el Cine Venezolano (FESCIVE), entregado en Ciudad Guayana, estado Bolívar, en el año 2016.
Si algo destacó la producción fue la pulcritud de los exteriores. El cromatismo arquitectónico de la cordillera andina se dejó admirar a plenitud. Los encargados del audio exaltaron con meticulosidad la fauna de esa región de la geografía nacional, mientras que el libreto manejaba un lenguaje fresco y diáfano, cargado de la habilidad dicharachera innata del gentilicio caribeño y su destacado sentido del humor.
“Siempre pedirle al público que apuesten a nosotros, que vayan y nos vean, que se sienten en la sala con orgullo a ver a sus actores, productores y directores. Somos soberanamente talentosos porque somos buenos haciendo cosas buenas con las uñas, con pocos recursos, e inclusive, con censura”, manifestó Marcela Girón mientras interactuaba con colegas conexos al mundo audiovisual.  

Nota: esta reseña fue redactada en etapa experimental por quien suscribe, en fase de aprendizaje ante el género periodístico. Aunque los hechos son en su mayoría auténticos y, de dilatada investigación, la realidad fue alterada en aras de incluir detalles sugeridos por la profesora Liamir Aristimuño durante la clase del jueves 22 de enero de 2018.
Entre las indicaciones planteadas por la facilitadora se encuentran: comparaciones con otros films de naturalezas similares –en el caso de reseña de espectáculos, apéndice cine–, cifras de recaudación, percepción de la audiencia, parte de la sinopsis,  palabras de los integrantes de la producción y el elenco de los rodajes, calidad de la imagen, del sonido y fluidez del libreto.
Las entrevistas son reales y corresponden a un trabajo realizado por El Nacional.
Por ende, no recomiendo el uso de este escrito para fines didácticos, por lo menos hasta que reciba las primeras correcciones.
–GR–

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