Teoría del Mesías II
Fue así como en el contexto histórico, económico y
social, las riquezas materiales empezaron a cambiar la visión de una mayoría
del gentilicio. La inclinación por ser un profesional bajó en un porcentaje
escandaloso, viendo que “Papá Estado” lo podía todo a través de “La sombra del
barril”.
Y la población empezó a hacerse estas reflexiones: ¿Para
que esforzarme tanto, si “Papá Estado” me lo da todo? ¿Para qué ser profesional
si medio trabajando en una empresa de gobierno estoy hecho? Con
autodeterminaciones como estas nació otro fenómeno: “El Bolaalhombrismo”.
De tal forma, “Papá Estado” basado en esta “Teoría del
Mesías”, se convirtió en un cáncer hereditario, que fue un testigo pasado de
generación en generación – o de generación a degeneración– y hoy nos hundimos
en ese colchón de triquiñuelas baratas de la política en las que se fueron
olvidando, nuestras esperanzas, sueños y anhelos. Que desdicha la de un pueblo,
al que se le ha olvidado soñar.
Conociendo ya de que va esta teoría, debemos aprender que
no absolutamente todo puede caer en manos de la política. Atribuir todo lo que nos ocurre a la
política, es una forma muy cobarde de abandonar nuestras responsabilidades como
ciudadanos. Dejando en claro que el papel de las autoridades sin dudas, cumple
un rol determinante. Pero que nuestra aversión a medrar sea culpa siempre de un
tercero y jamás de nosotros mismos, es una casualidad muy conveniente.
Resultando de esta soqueteada, que hay que tener
conmiseración con esta pestilencia. Una deprimente carencia de actitud, que nos
separa muchísimo de nuestros líderes más icónicos de la historia. Lo peor del
caso, es que esta desfachatez nos lleva a posicionar en los curules más
potentes de nuestros poderes, a personajes que sinceramente su falta de aptitud
para estos menesteres, no sorprende.
Como cierre, en este punto es pertinente hacer una
inflexión pigmentaria. Las líneas aquí tejidas no pretenden defender a un
sector azul, o a un sector rojo. Esta vulgar perorata, desea defender al sector
gris, pues de la masa de este color, es que saldrán las soluciones que
contribuirán al renacimiento de este país.
En la “Teoría del Mesías” se encuentra nuestra alícuota
de responsabilidad en la involución de esta nación. Este retroceso ocurre,
porque en cada plebiscito, comicios, referendo, elección, votación o sufragio,
solemos votar por un color y no por una variedad de nombres. Nos empeñamos en
seguir a una tolda y no a un programa reflexivo con variedad de pensamientos.
Tenemos décadas de democracia y aun escogemos el color, rellenamos el ovalo o
pulsamos la máquina, a favor de un grupúsculo y no de un compendio de ideas
bien estructurado en proyecto, independientemente del origen.
Rodríguez
R. Gabriel J.
@gabo_rodríguez3
Gabógeno
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