“À votre santé”
Chin-chin
Quisiera
hacer un brindis, elevar mi copa de vino al cenit, por este juego de palabras
que se ha construido alrededor de ese bien etéreo, denominado alma. A veces, no
sé si somos cuerpos dotados de almas, o almas dotadas de cuerpos. Según mi Yo Bohemio, ente al cual no puedo darme
el lujo de hacer tanto caso, el alma es un agente que tratamos de proteger y
esconder, dentro del armadura de nuestros cuerpos, nuestra anatomía es el
estuche de nuestro espíritu; en pocas ocasiones se tiene la confianza de poner
a remojar el alma, observarla, guindarla un rato para que descanse de su
caparazón. Tal vez, tres de estas ocasiones son la meditación, la soledad y el
silencio. Pero eso de colocar a la intemperie el elixir de nuestra decadente
perfección, podría ser lapidario si se hace junto a personas cuyo concepto de
vida solo se base en tiempo, y no en emociones. Es un suicidio despojarse de su
alma junto a personas que carecen de esta. Por eso siempre me regodeo en el
gozo de distinguir, primeramente, en qué momento puedo desnudar mi alma, y acto
seguido, a quien se la puedo dar a cuidar, con la garantía y certeza estelar,
de que absolutamente nada malo le va a pasar. Gracias por prestarme tu lienzo,
para volver a pintar mi alma.
Lcdo. Rodríguez
R. Gabriel J.
Gabogeno
@gabo_rodríguez3
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