miércoles, 31 de diciembre de 2014

“Mensaje de Navidad”



Un deseo sincero de feliz navidad, se hace actualmente con municiones de fe inagotables, dado el deterioro y descomposición social, económica, política y sobre todo cultural, que aqueja a nuestro pueblo. Y cuando digo sincero, es que sean palabras marcadas, procesadas, meditadas, bien intencionadas, y no frases copiadas de la inmensa red. Así que en la medida que podamos, valoremos a quienes nos tomamos un tiempo en escribir y desear con sinceridad, lo que pareciera ser una utopía.

Ocurre que cuando escribo las entregas de Coprofagia Social en mi blog – si aún no las lees, sirva esto de invitación -, y se denota que el nivel de incomprensión social es exasperante, no dejo de ser un positivista y optimista empedernido. Todo esto de forma superlativa, cuando hablamos de mi terruño. Si me lees ahora quiero que sepas, que para mí es inmensamente importante ayudar a entender, que entre mis deseos de pascuas, está la prosperidad plena para ti y tu familia; pero también, como soy creyente de que el cambio real, se da desde los cimientos sociales, pienso que el hecho de que funjas como agente multiplicador de ejemplo y de fe, será el gesto que encenderá el desarrollo en nuestra amada Venezuela. Cosa que servirá como regalo, a un país – a mí me gusta llamarla nación, la hace más mujer -  que tiene doscientos años dando todo su esplendor, y recibiendo de sus hijos, solo migajas.

Lo que puedas transmitir como ciudadano, como padre, como madre, como guía es lo que hará que poco a poco  las generaciones en gestación, vayan depurando el gran daño social que hoy día nos oprime.

Mi deseo para estas ominosas navidades y consiguiente 2015, es que la próxima vez que lances basura a la calle, te acuerdes de ella. Deseo que cuando te sientes frente a un volante, y te detengas sobre el rayado peatonal, pienses en ella. Que cuando el daltonismo te ataque, y veas verde todas las luces rojas de los semáforos, reflexiones sobre ella. Me gustaría, que al ver la luz amarilla entiendas que si, bien es cierto es tu decisión acelerar o detenerte, pero sería mejor para ella, que la prudencia te pese más que el pie. Otro deseo, es que cuando veas que no está permitido girar en U, no lo hagas, es probable que lo hayan prohibido, porque otros pensaron como tú y hoy no viven para contarlo. Entre las otras cosas que realmente deseo, ojalá cuando saques a ese animalito, que seguramente tienes pues deseas compartir amor, y el mismo genere sus necesidades fisiológicas, que bueno sería que pudieses recoger estos desechos y apartarlo de las vías públicas, los otros también tienen derecho a conseguir calles, aceras y ciudades limpias.

¿Sabes que sería fastuoso? Que llevaras contigo toda la basura que produces a diario, y cuando llegases a tu casa lo vertieras en donde debe ir, y cuando cierres la bolsa, le dediques ese gesto a ella. Magnifico sería, que cuando leyeras “Prohibido botar basura en este lugar” no dejaras que la ceguera, te hiciese hacer lo contrario: ten cuidado, la ceguera es en segundo plano patológico, pero esencialmente es cultural, y ella, es muy culta allí donde tú la ves. Como me gustaría,  que la próxima vez que opacaras tus accionar justificando con lo soez del concepto Viveza Criolla, hicieras un ejercicio mental y compararas lo parecido que suena la palabra viveza, con la palabra vileza, y pudieses puntualizar lo diferente que son. Eso para ella sería un respiro.

Que cuando vuelvas a colocarte la camisa vinotinto o la gorra tricolor, no lo hagas por formar parte de una moda o de un movimiento, lo hagas pues no solo tu estas vestido así, sino también tu corazón y tu pensamiento. Que divertido es que te sepas toda la música llanera, galerones, gaitas y posiblemente villancicos, y que no atribuyas la grandeza de la venezolanidad a un mero acto de memoria. La música que oigas, no te hará ser más o menos venezolano, si la armonía que sale de tu boca no es igual a lo que demuestras con tus acciones patrióticas. Eso ella lo está viendo y escuchando.

Y es que ella, está tanto o más esperanzada que yo. Me imagino que ya le debe estar pegando el cansancio de tanto dar sin recibir. Si esta noche conservas la tradición de las uvas del tiempo, ojalá logres – antes de pedir, agradecer, al gran arquitecto del universo – desear y abogar mucho por ella. Por su recuperación, por su restructuración, rediseño y desintoxicación. Si administras bien, todo lo que pidas por ella, solo se llevará una uva. Para darle matiz factible a tus deseos, desde el mismo primero de enero estructura un programa de cómo hacer realidad – en lo posible – todo lo que enumeraras en tus deseos navideños. Para que el diciembre del año venidero, tengas doce nuevas metas que proyectar.

Mi mensaje navideño no es un castigo a la paremiología o lo autóctono de un pueblo, sino al uso descarado del desdén como máxima en la vida.

Una vez terminada la analogía con ella – Venezuela – me permito despedir estas humildes líneas, deseándote con el año 2015 sea un año de oraciones, bendiciones, reflexión y recapacitación, que la salud te sea plena y optima, que progreses en todos los campos y categorías a los que pertenezcas. Que financieramente hagas los ajustes necesarios, basados en el ahorro y la inversión, para que el dinero germinado, te permita vivir con holgura. Y por ultimo pero no menos importante, que el amor sea el motor fundamental de todas las piezas, para que de esta forma se siga alimentando tu inventario de sueños, que es el pilar fundamental de esta hechizante experiencia que representa el verbo vivir.  

Que el altísimo te proteja siempre, a ti, a tu familia y a nuestra querida Venezuela.
Feliz navidad y un bienaventurado 2015 colmado de paz, reencuentro y sosiego.
Te desea de todo corazón, tu siempre amigo

Lcdo. Rodríguez R. Gabriel J.
@gabo_rodríguez3

Gabogeno

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