“Mi pequeña deidad griega”
De los placeres de la vida,
como comer, dormir, entre otros que no tienen razón de ser citados en este
texto (Risas), está indudablemente: Conocer.
Conocer gente. Pero cuando, esta gente a conocer, posee sus propios encantos,
virtudes y detalles, hacen que las mismas se queden tatuada en el alma para la eternidad. Probablemente
nuestro contacto no haya sido tanto como el que hubiese querido, pero en las
distintas tertulias, platicas y cenáculos que compartimos, puede sustraer de ti
diferentes facetas y lujosas cualidades, que a su vez también me llevaron a aprender, pues dicho está demás, la
vida es un eterno aprendizaje, avalado en una eterna toma de decisiones: o como
dice uno de mis libros favoritos “Tal vez esto sea la vida, una consecución de
momentos que mueren”.
Entre lo mas recordado, las risas producto de un perenne
pseudo cortejo diario que virtualmente desencadenó en mi repentina adopción de
una barba mal trecha, desarreglada y desalineada, para parecerme a aquel perro
domestico que los cuentos de hadas recuerdan como feroz (Risas).
Los aportes musicales fueron igualmente clave, en el
desenvolvimiento de esta amistad, antagónicos a mis gustos y aburridos valores,
pero tu forma de postularlos con esa chispa única tuya, fueron el toque (Muchas
gracias, algunas aun reposan en mi MSD, las uso para el Running).
Libros,
merengadas, helados, cafecitos, cocadas forman parte del aporte bohemio y gastronómico,
con el que me quedo de ti. Tu evidente y protuberante sentido del humor, más la
enfermiza adicción a las fotografías auto enmarcadas (Selfies) contienen en sus
intríngulis, otro folclórico pedacito de ti con el que tengo el gusto de
registrarte en mi recuerdo.
Sonrisas, carcajadas, antibacetrial, y esa cantidad
de detalles en las que lamentablemente no fui tan reciproco como tu actitud lo
merecía – me excuso – pero he aquí parte de las huellas que ha dejado tu paso
frecuente en mí. Imposible obviar el
color de los bordes de tus medias, siempre jaladas desde dentro de las botas de
seguridad, con tu frágil mano, para cumplir con la auditoria diaria de
combinación de esta prenda: Loco es loco Lorena, entiéndeme, recuerda que soy
un niño enfermo y las leyes me protegen (Risas).
Tu siempre dispuesta intención a cooperar y a
coadyuvar al logro de los objetivos es la parte laboral, con la que me quedo, y
con la que me gustaría a su vez emular. Más sin duda alguna de los más
relevantes rasgos “Mi pequeña deidad griega”, ese peinadito de corte helénico,
que dibuja esa corona capilar que va confinando el redondel de tu cráneo,
sujeta concéntricamente con algún artilugio de presión en la parte posterior de
la testa, dándote los aires de la misma Helena de Esparta – O de Troya, como
queráis recordarla – con el cual tanto te atosigué con mi evidente sana locura
(Risas).
Por esta entretenida lista de razones, hoy que nuestra frecuencia de
trato comenzará a menguar notablemente, te escribo estas humildes líneas – cosa
que la gente dice que hago bien: no les creo – para hilvanar un detalle muy
somero, pero sentido y sincero, que puedas almacenar de mi de forma corpórea,
pues creo que espiritual, como siempre, me he vertido y dado lo mejor de mí.
Con la fe que esta conexión no se pierda nunca, y contando que los avatares de
la vida y tu intención de siempre ser mejor, de materializar cada uno de tus
sueños, te lleven a ser/hacer cualquier meta que te propongas en este segmento de existencia que nos hemos
acostumbrado a llamar vida. Cada día nos debemos a la consecución de nuestros
sueños, para así darle salida, y que cada mañana nos levantemos con la
intención de incorporar sueños nuevos en nuestra jornada, pues soy de los que
piensa, que este segmento de existencia,
no es absolutamente nada, sin el poder de los sueños.
PD: me has asesinado con el
porta-lápiz, ojala nunca se biodegrade, lo voy a conservar con el mismo cariño
con el que te conservaré en exclusividad por los recovecos de mi mente.
PD2: Sé que estos momentos
no son los más hermosos para ti, pues en este segmento de existencia, también la penumbra opaca nuestras
sonrisas, sé que estas inmersa en el vahído funesto de los golpes del que
mientan destino, como en estas situaciones cualquier palabra está demás, lo más
que puedo ofrecerte, son mis fuerzas espirituales, que dicho sea de paso,
siempre las has tenido, y por mi parte, siempre que las necesites, las tendrás.
Con todo el cariño de la tierra, y
quizá de la vía láctea, siempre tuyo…
Lcdo. Gabriel Rodríguez
@gabo_rodriguez3
Gabogeno